GRACIAS POR LOS RECUERDOS / Capítulo Treinta y cuatro: Disculpen. me gustaría recuperar mi vida

Debido a que algunas partes de mi personalidad intentaban liberarse, había muchos, muchos intentos de volverme a llevar al corral; todos y cada uno de los cuales incluía tortura y trauma. Intentando entender lo que iba mal en mí, empecé a leer cada libro técnico que pasaba por mis manos sobre el Trastorno de Personalidad Múltiple. En los años 80, no se había escrito mucho. A medida que leía iba reconociendo las semejanzas del síntoma, pero no parecían encajar en el molde de la versión de "variedad de jardín" de los MPD, causada por el abuso sin programación. Mi búsqueda de la verdad era incesante.


EL DESIERTO DE HOT SPRINGS

Entre 1985 y 1990 mi marido y yo íbamos a menudo a Two Bunch Palms, un balneario en el Desierto de Hot Springs, que es una ciudad vecina del desierto limítrofe de Palm Springs. Craig y yo íbamos unos días a descansar en las piscinas de aguas minerales y utilizar la lujosa terapia de masaje y máscaras faciales de arcilla verde que formaban parte de la reputación del complejo entre los famosos. Una vez antes de ir, vi un video del Rey Arthur y cuando un haz de luz blanca bajaba sobre el oráculo mientras estaba arrodillado para recibir un mensaje de Dios al rey, empecé a llorar y a la vez sabía que necesitaba ir a Two Bunch, yo sola. Testigo de esto, mi marido me dijo, "bueno, está bien. Sólo tienes que ir. Haz lo que tengas que hacer, tesoro". Salí inmediatamente. Llegué a Two Bunch cuando ya estaba oscuro alrededor de las 10 de la noche, tenía un miedo terrible, pero no sabía por qué.

"Two Bunch" tal y como nosotros nos referíamos, era una "espada de doble filo" donde accedían a mí Bob Hope y un grupo de hombres, incluyendo el Consejo. Al mismo tiempo estaba recibiendo un intenso trabajo corporal por parte de practicantes profesionales, que ayudaba a sacudir los recuerdos perdidos a nivel celular, otros recambios de mi estructura personal que estaban calificados para resistir la tortura y la humillación continuaban haciéndolo con un aumento del nivel por tanto podía continuar la terapia y la curación. Oraba diariamente al Espíritu Santo para traer a la mente las cosas que necesitaba para curarme en el marco de tiempo perfecto, y eso es exactamente lo que pasó. Estas personalidades habían cooperado durante años en mi batalla por la libertad mediante la absorción de amenazas y abusos y, además, lo guardaban al margen de mi mente consciente que podía continuar mi búsqueda de libertad, sin miedo ni resistencia. Después de una intensa sesión con un suave anciano que era un experto en trabajo corporal Trager, mis recuerdos comenzaron a aumentar. Durante la misma visita, recibí instrucciones de asistir a reuniones secretas en Two Bunch donde me quedé detrás mientras un grupo de hombres hablaba.
Mi marido raramente iba. Creo que una reunión era "El Comité cívico de Palm Springs". Bob jugaba al golf con ellos y tenían tratos comerciales juntos.

Había veces que me recogían en el aparcamiento con una limusina plateada y me llevaban a Bob.
Algunas veces ni siquiera salía de la limusina, le esperaba dentro y Bob entraba para dirigirme. Otras pasaba el día con él. Una noche me hicieron ir de noche hasta un puñado de palmeras para buscar el Búho Blanco. Bob Hope terminó siendo el Búho Blanco que estaba buscando. En ese momento, no era consciente de que se trataba de un programa. Salía afuera a la brisa de la noche a informar a las palmeras y a Bob, el Búho Blanco.

Otra noche al atardecer en Two Bunch, en una reminiscencia de la pesadilla de película, Stepford Wiwes ( Esposas Perfectas ), que me habían hecho visualizar años antes, respondí como un robot a la programación mientras iba hacia fuera al aparcamiento con la túnica blanca proporcionada por el balneario.
Una limusina paró y sin pensar subí dentro donde un hombre inmediatamente me inyectó una droga.
Cuando llegamos a una gran construcción tipo-almacén en el desierto, que era como una especie de instalación de reacondicionamiento de robots, el hombre tuvo que ayudarme a bajar de la limusina porque yo estaba muy drogada. Una vez dentro, médicos con batas quirúrgicas de color verde me hicieron tumbarme en una camilla y me pusieron una vía intravenosa. Donde podrían haber metido una droga del tipo suero de la verdad, ya que este era el tipo de preguntas que me hacían. Estaban intentando identificar qué estaba haciendo en la terapia, que estaba recordando. Me volvieron a sentar en una silla, me golpearon una y otra vez y no me permitían ir a dormir. Si empezaba a dormirme, me golpeaban otra vez. Se pusieron muy pesados sobre la terapia y me decían un montón de mentiras mientras me hacían mirar luces blancas brillantes. Si no mantenía los ojos abiertos el tiempo suficiente, me los abrían ellos a la fuerza y me ponían en dirección a las luces brillantes. Seguían inyectándome en el brazo, mientras me gritaban.

Un hombre, de unos 35 años aproximadamente, de piel morena y pelo castaño, vestido con una corbata verde, una chaqueta oscura de lana, camisa blanca y pantalones marrones, entró en la habitación.
Dirigió a los médicos en lo que debían hacer y les dijo lo que quería saber, entonces me suministraron las drogas, electrochoques y luces. Me volvieron a poner en una camilla metálica, me hicieron preguntas una y otra vez que no tenían sentido para mí, mientras yo estaba sentada en el borde de la camilla con la cabeza colgando, totalmente fuera de mí. Me mostraron imágenes de personas, normalmente hombres y me hacían preguntas sobre ellos y me seguían dando bofetadas. Algunas partes de mi sistema de personalidades no obedecían y hablaban con él y él se estaba enfadando mucho. En respuesta, cogió algo afilado de debajo de mis pies. Entonces me enfocó con las luces brillantes, y cuando mis ojos ya no podría permanecer abiertos como él mandaba, tenía otro hombre sosteniéndome la cabeza, me mantenía los ojos abiertos y orientaba las luces hacia mis ojos. Me tuvieron así lo que me pareció una eternidad. Entonces él hacía que me tendiera y me introducía una barra larga en el interior de la vagina y me daba electrochoques mientras decía, "Hablará, sólo hay que darle tiempo - tenemos todo el tiempo del mundo".

Pero yo me disociaba dentro de mí misma y realmente no me importa si me mataban o no. Había sido condicionada desde el nacimiento a coger lo que repartían y en caso de morir, sencillamente no tendría que soportar nada más. No más sufrimiento, se habría acabado. Su nivel de frustración estaba saturado, aquel hombre dio órdenes a sus asistentes que me tumbaran y me dieran una descarga eléctrica total, del tipo que se utiliza para detener a un perro, o para preparar a una persona para la cirugía y me hizo erizar el vello púbico, hasta el estómago, subiendo hasta la barbilla. Dijo que era algo para que me acordara de él, "para mantener el recuerdo de lo que pasa si no cumples".

Después de haberme dado por vencida y de haber "desaparecido" me pusieron en la cabeza una gorra de plástico salpicada de pequeños electrodos de metal. Me repitieron una y otra vez que me lo podían poner mucho más fácil con sólo querer cooperar y si dejaba la terapia. Pero yo no me detuve. Tuvieron que llevarme a la limusina y cuando llegamos de nuevo a Two Bunch, el hombre que me acompañaba hizo chasquear los dedos en mi oído y ordenó, "¡Sal de ahí!" Y a continuación la sugerencia de que estaba muy, muy cansada y que quería hacer una siesta. Lentamente, me arrastré de vuelta a la habitación y me fui a dormir. No sé dónde estaba Craig.
Para mí Desert Hot Springs era un lugar terrorífico mientras trataba de ponerme bien trabajando duro con la terapia con Stuart y Margie. Recuerdo a Stuart diciéndome después de que continuara presentándome día tras día con más piezas de mi pasado doloroso para procesar la terapia, "nunca he visto a nadie que estuviera más motivado que tú, es como si estuvieras haciendo una maratón".

Yo respondía: "No siento que lo esté haciendo lo suficientemente rápido". No era raro - ni él ni yo conscientemente sabíamos que aún era torturada y reprogramada; informando en el edificio Federal, en la UCLA, a mis abusadores políticos y a Bob Hope cuando tocaba. Conscientemente, pensaba que Two Bunch Palms era un lugar donde iba a conseguir rejuvenecerme para hacer más trabajo de abreacción para recuperarme. Pero incluso en medio del caos había un plan divino y cronometrado para mi vida, sólo tenía que ser muy paciente.

Como mi desafío de curación continuaba, me devolvieron a Two Bunch. Una noche me vestí para ir a comer al restaurante. Había un gran reloj que colgaba en la entrada del restaurante y mis instrucciones eran de, "camina hacia el reloj a las 6 en punto". Pero en lugar de entrar, me dieron órdenes de dar media vuelta e ir a pie al aparcamiento donde un hombre con un traje blanco me llevó con una limusina por la noche a un club. Me metió dentro y me hizo sentar en una mesa de color marrón escondida en aquel oscuro club. Sonny Bono salió y me dijo que entrara en la zona despejada. Iba haciendo girar un látigo como si fuera a enlazar algo. Entonces hizo chasquear el látigo. Lo hizo una y otra vez y eso me aterrorizaba, porque pensaba que me pegaría con él. Sonny dijo que allí no había nadie que escuchara mis gritos. "Grita tanto como quieras", dijo riendo. Bromeando añadió: "Yo era un poco así". Pasó a explicar que él "me daría lo que me merecía por intentar romper el molde".

Me ayudaron a levantarme del suelo donde estaba acurrucada y me entregaron a un grupo de hombres trajeados. Dijeron que era la invitada de honor, pero no era divertido. Decían que estaba generando unos problemas en el sur de California y sólo querían asegurarse de que no me pasaría nada malo. Se tomó mucho tiempo para decirme todo esto, poco a poco, con calma y sin problemas, antes de que otro hombre me llevara a una especie de vestidor en una habitación dividida de atrás y, sosteniéndome por un brazo, me tiró contra la pared y solté mi último aliento. Acabé en el suelo hecha un trapo sangrando por la boca. Dándome el tiro de gracia con la punta de su bota, dijo, "Allí, ya deberías hacerlo".

Otro hombre trajeado llegó y comenzó a "cuidar de mí", dijo, mientras me hacía fotografías toda golpeada por enviarlas a mi familia y amigos, y me repitió muchas veces, cosas que para mí no tenían sentido como: "Eres una reina. Siempre serás una reina, no tienes ninguna sucesora porque siempre seguirás siendo la Reina. Es una cuestión de privilegios; seguirás siendo la Reina". Su última orden fue, "Túmbate cerca de la piscina y toma el sol", que vendrá a verte "el hombre". Yo sabía que el hombre del que hablaba era Bob Hope.

Después de devolverme y pasar el día siguiente recuperándome y tomando el sol en la piscina, me llevaron otra vez. De camino para ver a Bob dijeron que la ropa no era la adecuada para que él la viera así que pararon en una tienda de ropa de Springs y uno de los hombres mejor trajeado entró conmigo y eligió unos pantalones blancos, una camiseta amarilla, un cinturón dorado y unas sandalias. Tiró mi ropa a la basura diciendo, "Estas son más dignas".
Nos reunimos con Bob en un lugar público. Me llevaron hacia él y él se separó un momento y se acercó, "Tsk, tsk, ¿estas son maneras, para una mujer, de dar buen ejemplo a sus hijos?" Se refería a mis intentos de libertad.

Para asustarme y intimidarme aún más, se sacó una foto del bolsillo del abrigo donde salíamos juntas Kelly y yo desnudas y dijo, "Llegará el momento, mi princesa de hadas, de hablar de cosas mejores", y continuó, finalmente comentando que necesitaba, "enseñarme apreciación". Bruscamente, me agarró por el cuello y me apretó para después soltarme abruptamente y alejarse, como si ya hubiera acabado conmigo.
Desafortunadamente, no era así. Me volvieron a llevar a Two Bunch donde dejé la ropa nueva en una sala de masajes y volví a mi habitación vestida con otra túnica blanca.

En otra ocasión Craig estaba conmigo en Two Bunch, cuando la noche una limusina nos recogió en el aparcamiento. Nos llevaron a algún lugar y nos riñeron por la terapia que estaba haciendo y nos amenazaron con la "pérdida de muchas cosas", si yo no paraba y si mi marido no hacía nada para detenerme. Un hombre en la limusina cogió a Craig por la camiseta y le advirtió, "Bob no quiere que le pase nada a su importante activo. ¿Lo entiendes?" "Sí, Señor", respondió mi marido. Estaba muy asustado y por alguna razón yo empecé a reír.
En cuestión de segundos el hombre me dio un golpe en la cara. Sentía el escozor de mi mejilla cuando su atención se dirigió hacia mí, "¿Encuentra algo divertido, señorita?" Me puse muy seria y dejé de reír.

No tenía forma de saber entonces la ardua batalla que enfrentaba, la magnitud del sistema que estaba intentando romper, o los muchos obstáculos, angustias y abusos que debería soportar gradualmente en mi lucha por la libertad. A pesar de las amenazas, mi marido siguió pagando entre 3.000-5.000 dólares cada mes para la psicoterapia y el trabajo corporal, para cuatro años más de mi recuperación. Mis controladores encontraban divertido el hecho de que yo hiciera terapia, totalmente seguros de que yo estaba progresando hacia algún lugar, pero que la Seguridad Nacional estaba garantizada, en la zona mentalmente controlada de mi cerebro. Como me veían como un robot, no estaban preocupados por ser descubiertos.
Además, creían que sus secretos estaban protegidos por su pura incredulidad.

Estaba programada para informar en el edificio Federal, que estaba en muy cerca de la oficina de Stuart y de la UCLA. Subí a la 7 ª planta, salí del ascensor y fui dos puertas hacia mi izquierda. Me habían dicho, "Te encontrarás una habitación con vistas", que crípticamente significaba que había un circuito cerrado de televisión para obtener instrucciones. Además dijeron, "siéntate, disfruta de la vista, y después baja a la planta baja y trata de leer el periódico en el stand e informa si puedes". Debido a la programación en contra de esto, no podía leerlo pero siempre seguía las órdenes y lo probaba. Iba a menudo al edificio Federal. Era la "sede central de las órdenes" de Henry. Me daba instrucciones desde el circuito cerrado de televisión cuando no podía acceder a mi o no tenía ningún lugar donde poder estar conmigo.

Tenía un montón de disfraces para ponerme en el edificio Federal. Sombreros, gafas oscuras, vestidos viejos holgados o faldas que me ponía encima de mis cortos pantalones cortos. Recibía instrucciones por circuito cerrado en otros lugares también, como en habitaciones de hoteles u oficinas corporativas, edificios de oficinas de Los Angeles, Santa Monica, o en el valle de San Fernando. Pero, a veces, Henry tenía algo urgente y necesitaba acceso inmediato a mí, así que me enviaba al edificio Federal.
También entregaba mis propios informes médicos de la UCLA en el edificio Federal enviándoselos a Henry. Supongo que era una especie de tarjeta de informe del control mental. Mi derrumbe creaba continuamente más necesidad de "revisiones".


HOPE INTENTA LLEVARME DE VUELTA AL CORRAL

Durante aquel tiempo como mi memoria comenzaba a sangrar, por el programa, padecía una grave migraña, dolores de cabeza y otras respuestas programadas para esta violación de la seguridad. En otro de una serie de esfuerzos de contención, Bob me llevó a caminar por China Flats, una zona de pequeños bebederos situada en Rancho Jordan, calle abajo de mi casa. Me dijo de encontrarnos allí a las 4 de la tarde, Bob vendría volando en un helicóptero biplaza. Este encuentro estaba destinado a mantenerme otra vez a raya y no era muy diferente de las pequeñas charlas que él y otros me habían estado dando. Como siempre empezó con mucha calma y terminó gritándome mientras paseábamos por cualquier parte. Siempre decía, "¿Cuando aprenderás de una vez?" Entre los programas que me iba activando y me llamaba, "mi niña". Lo que él y los otros no entendían era que, en realidad, yo no era capaz de controlarme a mí misma ni mis acciones como, de hecho, nunca lo había sido. El problema real era que ahora había partes de mí que se volvían conscientes, que provocaban la activación de sus mandos de programa y eso perturbaba mi utilización y amenazaba destruir su plan para mi vida. Quería ser libre con toda mi alma, pero cumplirlo llevaría tiempo.


ESTRATEGIAS DE ROBOT QUE SE ESTROPEA

Un día, Henry y George Bush estaban teniendo una "cumbre", como ellos decían, para decidir qué harían conmigo, ya que los esfuerzos para mantenerme "a raya" y "activa" fallaban continuamente.
Mientras estaba sentada "aparcada", oía su conversación, George Bush dijo, "Habrá que perderla Hank".
Henry respondió, "George, debemos ser racionales y pensar con calma hacia el futuro. Basta con mirar la situación en la que nos enfrentamos. Este no es un caso aislado. Claro, a ella la hemos visto más de cerca, pero si ella se desmorona después de todo lo que hemos hecho, entonces las otras podrían hacer lo mismo. Podríamos tener un montón de problemas en nuestras manos y no lo digo a la ligera. Debemos restaurarla y enviarla de vuelta a aquí. Necesitaremos un centenar como ella para ayudar a mantener a los otros marchando en fila. Sólo tenemos que crear un nuevo escenario. Es nuestro juego, podemos crearlo de todas las maneras que queramos, como hemos hecho siempre. Sólo necesito algún tiempo para averiguar un plan. Elimínala ahora y realmente habremos perdido el control. Podemos utilizarla para aprender de nuestros errores para corregirlos la próxima vez. Estoy seguro de que puedo urdir un plan que sacará provecho de ello. Sólo necesito tiempo para volver al grupo de estudios".

Como yo me seguía hundiendo aún más, escuché a Henry Kissinger decirle a un hombre al que no conocía, "Así podremos vigilarla estrechamente y ver cómo se derrumba. Tenemos un montón de otras como ella ahí fuera que necesitarán que las atendamos. Así que aprendamos de ella como cuidar mejor de las demás". A través de la terapia con Stuart, Henry confiaba en sellar los agujeros en mi conciencia que iban filtrando recuerdos de mi pasado, especialmente las partes de la experiencia del arco iris de mi vida que yo estaba programada para no recordar. Estaban intentando hacer una reparación en la mente de mi infancia para así poder apuntalar - de frente a una posterior utilización. También querían engañarme para encerrar a otras dentro de la programación, mientras me escuchaban en una conferencia sobre cómo había conseguido salir, cuando yo realmente no lo había conseguido. Tras la culminación de su plan, pensaban que tendrían las mentes de las masas bajo control y que ya no les sería necesario continuar con la farsa ya que nadie sería capaz de pensar ni cuestionar nada de lo que estaba sucediendo. Consideraban que esto simplificaría enormemente la condición humana para que aquellos auto-elegidos de la élite que fueran calificados pudieran existir en paz y tener una excelente calidad de vida. Henry decía que había sido testigo del derrumbe de demasiados robots y que me necesitaba para ser restaurada y así poder completar la empresa que tenía prevista para mí con los contactos que, con los años, me habían llegado a conocer y a estimar. Decía que había sido puesta en el momento oportuno y que me había ganado la confianza íntima de muchos jugadores clave importantes y que debía terminar mi trabajo continuando al servicio de la gente que se había acostumbrado a mí. Así que me apuntalaron a base de terapia, me sumergieron en el programa cerrado de curación de la nueva era y empezaron a ponerme condicionamientos para no estar tanto con mi marido. Craig y yo habíamos sido inseparables durante muchos, muchos años, así que esto fue un cambio lento pero constante.

Henry me hacía examinar las principales librerías, comprar una gran variedad de libros de la nueva era de diferentes categorías, leerlos y hacer una sinopsis. Esto le daba mucha "rabia", eso decía y los datos él los podía aprovechar para elaborar un plan estratégico para el futuro.

Y pronto surgió el plan de Henry. Un día después de mi sesión de terapia, los hombres trajeados accedieron a mí en Westwood mientras bajaba las escaleras que dan a la parte trasera del aparcamiento y me confiscaron mi diario entero. Hojeándolo, uno dijo, "Ha escrito una agenda entera". Me dijeron que ya no era necesario que me preocupase más por eso, que ellos estarían contentos de hacerlo por mí. Y se fueron con mi diario. Después tuve que ir a informar para más reacondicionamiento en su intento de cerrar las fugas. Esto fue a finales de los 80. Henry consideraba que era crucial controlarme de cerca hasta que hubiera hecho plenamente la transición a la nueva "persona" que estaban creando que fuera: una mujer cada vez más independiente, muy cercana, buena oradora, escritora, etc., de cara el futuro. De esta manera podía servir como una atracción y en última instancia, como una persona de contención, con una agenda donde hablaba sobre el abuso ritual satánico. Entonces otros se perderían la verdadera historia sobre el control mental mientras que su propia programación quedaría sellada incluso con más fuerza mediante palabras que me programarían para que yo se las dijese. "Como uno de esos rompecabezas chinos", decía Henry refiriéndose a la web de contención. Todo esto se hacía porque cuando ellos me trasladaran a Hawai, la transición pudiera evolucionar sin problemas.


¿ERA UNA HUIDA O UNA REUBICACIÓN Y REDIRECCIÓN?

Después huí de California a Kauai, de lo que aún no era consciente era de que mientras unas partes de mí celebraban su libertad, otras partes programadas todavía estaban intactas, totalmente programadas y todavía sirviendo a "la causa" dictada por mis controladores. De hecho mi "vuelo hacia la libertad" aún no se había llevado a cabo del todo, sino que resultó ser un inteligente plan ideado por mis manipuladores para utilizarlo al máximo durante los años de culminación de su plan. Se dedicaron a destruir mi matrimonio y a hacerme ver películas que superponían la realidad que ellos querían que yo creyera. Me dirigían a ver la película Shirley Valentine y cuando iba a la Whole Life Expo, un psíquico se me acercó caminando y me dijo que haría un viaje mas allá de los océanos hacia una nueva vida. Mi vida aún estaba fuera de mi propio control y sin saberlo continué sirviendo a su plan, sólo que ahora desde la pequeña isla de Kauai.


UN MENSAJE CELESTIAL

Sintiéndome perdida, desorientada, y sin mi familia que había dejado atrás, busqué lugares donde consolarme en la isla. Un día tuve una experiencia increíble. Sentía la cálida blanca arena de la playa de Kauai bajo mi piel mientras la relajación me permitía fundir mi cuerpo con la suave arena, tomando los suaves cálidos rayos del sol hawaiano mientras el viento acariciaba suavemente mis doloridos cuerpo y espíritu. El dulce aroma de las picantes flores de Plumaria que había puesto cerca de mi cabeza continuaban desprendiendo un aroma celestial. Mi cuerpo se sentía excitado nadando en las hermosas aguas del azul mar de Hawái. La música de edificantes alabanzas Cristianas que sonaban en mi Walkman me eleva más alto que nunca, me calmaba y me aliviaba la tensión del cuerpo y de la desorientada mente, atemorizada, herida. Habiendo descansado, volví a oír, muy claramente, las palabras del Espíritu Santo, "¿alguien tan herido, no merece curarse en el lugar más bonito del mundo?" Lágrimas de reconocimiento me resbalaban por las mejillas y caían sobre mi gran toalla magenta.

En silencio llamaba desesperada y sin esperanza, "Dios, echo de menos a mis hijos y a mi marido.
Estoy tan confundida, me siento perdida y débil, ¿qué debo hacer ? Ayúdame Padre, por favor ayúdame".
Pronto me sentí confortada cuando el Espíritu Santo me envolvió con su gran amor, abrazando la que más tarde descubrí que era la más herida de las almas. Caí en un sueño profundo y tranquilo, momentáneamente solté todas mis caras y cargas y entré en aquella paz que sobrepasa todo entendimiento. Y empecé a darme cuenta del significado de las palabras aprendidas mucho tiempo atrás en la escuela dominical. Esta paz, rodeándome en medio del caos y confusión de mi vida, me dio una promesa de esperanza. Y esta vez no era Bob.

Cuando desperté de este tranquilo letargo, el Espíritu Santo me llevó a dar un paseo. En silencio, me llevó en dirección a un antiguo letrero que decía, "Este lugar era un antiguo refugio hawaiano, un santuario donde los nativos podían escapar de acusaciones injustas y represalias de sus acusadores donde aquellos que busquen protección puedan encontrar refugio". Las lágrimas me vinieron a los ojos cuando me di cuenta que a mí, también me autorizaba a refugiarme allí. Y de momento me sentía a salvo. El espíritu suavemente me empujó, como un padre amoroso que cuida de sus jóvenes, en dirección a un muro de roca en forma de media luna que bordeaba y resguardaba, la pequeña playa llamada Lydegate. Me detuve a mirar esa vista increíble, las aguas azules turquesas, enviando onda tras onda a chocar contra la gran fortaleza de roca que protegía la playa. Estaba maravillaba de la gloriosa sensación que sentía de que el Todopoderoso Creador de los cielos y la tierra estaba sacudiendo suavemente el mundo, creando así las maravillosamente graciosas interminables formaciones de olas.

Rompiendo mis pensamientos el Espíritu Santo habló una vez más, llamándome por el apodo que había utilizado en los últimos años, "Starshine, mira a la derecha de la gran roca al lado de tu pie.
Encontrarás un regalo".
Apenas sin dar crédito a mis oídos, le pregunté, "¿un regalo para mí de mi Padre Celestial? ¿Lo he oído bien?"
Ahora con curiosidad y con la previsión de un niño pequeño a la espera de abrir el primer regalo de Navidad, me agaché para descubrir qué tipo de regalo debía recibir de Dios. Alargué la mano y ante mis ojos encontré, y cogí un pequeño objeto que había sobre la arena, examiné cuidadosamente cada detalle.
Era tan pequeño, tan intrincadamente detallado y a la vez, tan frágil. Los restos sumamente delgados de una mini cáscara de erizo de mar eran tan extremadamente frágiles que tenía miedo de aplastarlas y romperlas simplemente sosteniéndolos.

Mientras seguía mirando este regalo de Dios en miniatura, oí con tranquila intención como mi Padre Celestial me hablaba una vez más, "Hija mía, eres tan preciosa para mí. Te guardaré en la palma de mi mano, igual que tú guardas este pequeño regalo mío. Debes saber cuán extremadamente frágil es esta cáscara, como tú lo eres ahora, en formas que aún tienes que entender. No temas, ten paciencia contigo misma y sepas que soy yo quien te guía paso a paso. Sobre todo recuerda, nunca estás sola".

Profundamente conmovida por este mensaje, pero sin acabar de entender de qué maneras podría ser yo tan frágil como aquella cáscara, pequeña y delicada que tenía en la mano, con cautela la envolví con mis dedos y regresé a mi sitio en la playa. Allí tumbada, con el regalo permaneciendo aún cuidadosamente en mi mano, reflexionaba, "¿Cómo puedo ser tan frágil?" Mientras pensaba, la única explicación que me pasó por la cabeza era como a veces, debido a los muchos aún no integrados estados de personalidad múltiple a menudo no me encontraba a mí misma, muchas veces era incapaz de realizar incluso las tareas más sencillas. Por ejemplo una tarde, sola en Kay's, muy lejos de mi casa de California, estaba hambrienta pero incapaz de pensar, ni siquiera recordar cómo hacerme la comida. Me sentía como si estuviera encerrada dentro de una niña de dos años, de momento, en una personalidad muy infantil, no podía ni siquiera empezar a pensar en cómo hacer un bocadillo. Los perfeccionados engranajes de mi mente dejaron de girar, cuando la sofisticada maquinaria creada por Henry Kissinger, Bob Hope y otros, se rompió y se paró en seco. Y allí donde se paraba, a menudo me dejaba bloqueada en la mentalidad de una niña de dos años.
Sencillamente dejaba de funcionar. Y entonces pensé, tal vez este es el tipo de situación de la que mi Padre Celestial era consciente de que me aseguraba que él estaría por mí, todo lo que tenía que hacer era tener confianza. Rota e incapaz de hacer nada por mi cuenta, pero con la confianza de un niño, me permití relajarme en Su promesa.

Más tarde esa noche cuando me preparaba para ir a la cama, puse la frágil pequeña cáscara, en la ventana, para que me recordara la promesa. Y así fue como Dios me llevó a una completa curación y recuperación, con Su tiempo y por Su camino, para que así pueda estar con vosotros para compartir hoy Su mensaje. Porque Dios quiere que todos los esclavos del control mental heridos, sean liberados y me ha encargado la misión de ser la fiduciaria, su criada, dispuesta a facilitar la liberación y la curación de las almas heridas atrapadas en la esclavitud del control mental. Así que si te das cuenta que no eres libre, Dios preparará tu camino hacia la libertad, y te llevará en cada paso del camino, tal como Él lo hizo para mí. Él ha prometido preparar tu camino. Jesús dijo, "Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad a la puerta y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe, el que busca halla; y a aquel que llame, se le abrirá la puerta". Todo lo que tienes que hacer es pedir.

Entretejidas a las muchas experiencias que tuve cuando el Espíritu Santo llegó para guiarme, también había otras experiencias donde las partes de mí que aún estaban programadas se dieron cuenta de que aún no eran libres. Poco después me trasladé a Kauai, sin ser consciente, donde me entregaron a la Barking Sands Missile Weapon Site, situada en la costa sur de la isla y donde en otras ocasiones habían utilizado gente como Ronald Reagan, Bob Hope y sus amigos del campo de golf de Princeville.
George Bush se reunió conmigo en el minúsculo aeropuerto de Princeville para dirigirme a otras tareas y me amenazó intentando mantener en secreto mis renegadas personalidades luchadoras por la libertad.

A pesar de los intentos de mis controladores para cerrar el acceso consciente a en qué me habían estado utilizando, continuaba teniendo recuerdos de muchas de mis experiencias políticas y empezaba a entender mejor cómo funcionaba mi programación. Aquellos recuerdos, que a menudo incluían a mi familia, me dieron una imagen más completa de la realidad y me ayudaron a entender por qué yo no podía volver todavía con seguridad a California. Como estaba afligida por la pérdida de mi marido y los hijos que había dejado atrás en California, espiritualmente estaba guiada para dar gracias a Dios sin importarme cuanto malas parecieran las cosas. Sollozando entre lágrimas gritaba, "¡Gracias, Dios mío, me encanta!" incluso cuando finalmente me quitaron la custodia de mis hijos. El Espíritu Santo me mostraba continuamente que las apariencias no importaban, todavía estaba en el lugar correcto. Y aunque pareciera que servía a dos amos, a la larga Dios sabía que yo estaba todavía sirviendo para un plan más grande que necesitaba experimentar y formar parte para comunicarlo y compartirlo ahora con vosotros.


EL CENTRO DE CONTENCIÓN DE KAUAI

La amistosa red de recuperación con la que mientras estaba conectada en la isla de Kauai me seguía cuidadosamente manteniendo dentro de una red de personas programadas así que estaba rodeada por los temas de programación que pretendían mantenerme en la esclavitud. Era un plan muy inteligente. Fui recibida por los brazos amorosos de Kay Snow Davis y Charles Davis. Pero mezclada con un amor increíble, la curación y la visión del Espíritu Santo, también había una agenda secreta, de la que a día de hoy creo que ellos también eran inconscientes. Charles me llevó a dar una vuelta por la isla para darme la bienvenida y orientarme en mi nuevo entorno. Mientras íbamos en coche, colocó una barrera de bloqueos en mi mente que más tarde impedirían que recordara mi utilización en diferentes ámbitos incluyendo grandes hoteles, como el Westin, el Hyatt, el Princeville, el CoCo Palms Resort y el Garden Isle Inn.

El Hotel Westin de Kauai estaba lleno de grandes estatuas blancas, enormes piscinas, cascadas y grandes piezas de arte cultural. Kay nos llevó a Kelly y a mí una noche, cuando Kelly estaba de visita, y mientras caminábamos alrededor del hotel, hipnóticamente estableció un sistemas de números desde el uno hasta el ocho, designando las diferentes áreas. Más tarde, cuando recibía la pequeñas tarjetas postales por correo, avisándole de mis tareas, podía descifrar los códigos simples. Todo lo que tenían que decir era W-l y yo sabía que significaba el Westin, una habitación del primer piso. Un ocho quería decir el restaurante alejado y así sucesivamente. Cada hotel tenía una letra asignada y los números identificaban las áreas donde debía ir.

Pese a no estar en contacto con muchas de las personalidades informantes que tenía que todavía estaban intactas, yo pensaba que estaba fuera de peligro. De hecho, estaba controlada por muchas cosas de mi entorno. Ante todo estaba controlada por la red de individuos programados entre los que vivía así como por sus declaraciones programadas y por señales de mano que continuamente reforzaban mis programas de "acuérdate de olvidar". Mi memoria también estaba bloqueada por infinitas imágenes visuales que vinculaban mi mente subconsciente con órdenes hipnóticas del programa para olvidar. Muchas de estas imágenes en mi entorno diario eran cosas como los grandes murales de ballenas en edificios, de delfines y del arco iris por donde cada día conducía. También seguía informando en California a viejos amigos y otras personas que no sabía que estaban programados. Entonces, informé a los 800 números que me encargaron.
El plan de control era y es grande y seguirá trabajando muy eficazmente - hasta que bastante gente sea capaz de ver qué está pasando realmente.


TODAVÍA UNA CHICA TRABAJADORA

En realidad me mantenía muy ocupada haciendo tareas, aunque conscientemente pensaba que cada día iba a la playa. Había paradas en las tareas, pero nunca debía entrar en un hotel dos veces en una misma instrucción para que no se me detectara o mi rostro se convirtiera en familiar para las personas equivocadas. A algunos sitios me hacía entrar Kay y a otros lugares lo hacía Charles. Pero yo entraba en los grandes hoteles de todo Kauai y en algunos de las islas vecinas.

Estaba programada para quedarme en la esquina de la carretera y que me recogiera un jeep militar y me llevara a la Barking Sands Missile Range. Había instalaciones subterráneas y si la base se veía amenazada, incluso para la seguridad de la información clasificada de alto secreto, entonces tenían misiles y bombas para hacerlos explotar para luego decir que había sido un ataque enemigo. No creo que los guardias militares supieran exactamente qué estaban defendiendo. Cuando doblaba la esquina con un oficial de alto cargo, al principio se les veía sorprendidos, pero yo los saludaba antes de que me llevaran a una sala de operaciones de alta tecnología. Una vez dentro me sentaban en una silla de metal grande y ancha que giraba y hacía todo tipo de cosas tortuosas, pero ellos me decían que mi mente estaba dormida para que no pudiera sentir el dolor. Ellos me entumecían la mente con sugestión hipnótica mientras mi cuerpo hacía trompos. Entonces me daban la orden de apoyarme en mi posición para mirar por las grandes gafas. Las imágenes que veía comenzaban con una abeja y otras escenas de la naturaleza y luego todo pasaba tan rápido que no podía ver las fotografías individuales. De esta manera la información entraba directamente en la mente del subconsciente sin intromisión consciente o filtros para conectar a las dos. En la medida en que la información programada eludía la mente consciente ellos consideraban que no podría recordar porque no sería capaz de conectar la información.

Cuando tenía que encontrarme con Reagan en la isla, recibía una tarjeta postal por correo y ponía el día, la hora y el lugar del encuentro. Cuando venía solo nos encontrábamos en el aeropuerto de Princeville.
Llegaba anónimamente en helicóptero con agentes del Servicio Secreto. Una limusina esperaba dentro de la valla del aeropuerto y el helicóptero aterrizaba y Reagan se aprestaba a salir del helicóptero y entraba rápidamente en la limusina y nos llevaban al Hotel Princeville.

Otra vez me programaron para encontrarme con Reagan en el Hotel Princeville en la costa norte de la isla. Entró por la gran puerta corrediza de cristal y yo estaba sentada en una silla en el vestíbulo, con instrucciones de esperarlo. Esto fue en 1991 y Reagan había llegado a la isla para hacer una visita. Cuando me vio, rápidamente señaló hacia la izquierda del hotel queriéndome decir que fuera caminando hacia allí.
Inmediatamente yo caminé en la dirección que había señalado. A medida que quedaba fuera de la vista de la gente y en un pasillo posterior rápidamente se acercó, dijo hola y me dijo que me añoraba, después me hizo dar vueltas por cuestiones de programación y me acompañó hasta el ascensor. Los hombres trajeados nos seguían muy de cerca y él me explicaba que aún tenía agentes que lo vigilaban con los que deberíamos lidiar.

Entramos en una gran sala de color melocotón que daba a la bahía. Reagan dijo que Nancy estaba volando para encontrarse con él más tarde y dijo que él sólo quería un recuerdo mío. Pasó a explicar que me añoraba de verdad y que realmente echaba de menos ser Presidente. Dijo que estaba realmente sorprendido de cuánto lo llegaba a echar de menos. Tuvimos relaciones sexuales en la postura habitual, con él pasivamente debajo de mí. Luego sonrió y dijo: "Aun lo consigues chica". Me acarició y me tumbé a su lado hasta que se quedó dormido y entonces salí de la habitación. Pasé frente a los agentes del pasillo fumando un cigarrillo hasta el ascensor y esperé, sin pensar, a que el mayordomo me trajera el coche de alquiler. Cuando volví a casa, estaba en estado de estupor y me fui directamente a la cama, todas las trazas de los recuerdos perfectamente cerradas bajo la programación que las protegía.


LA ÚLTIMA VEZ QUE VI A BOB HOPE, ADIÓS MUNDO CRUEL

Otro día me acerqué hasta Princeville conduciendo mi Lexus, para acompañar a Reagan y a Bob al campo de golf. Monté en el carro de golf y estaba bastante fuera de mí mientras estábamos en el green.
Todo lo que podía hacer era aplaudir y sonreír cuando lo hacían bien y apuntar manualmente su puntuación. Mientras Reagan retomaba su vez, Bob me dijo, "¿Qué, piensas que te puedes escapar, eh?" Sacudiendo la cabeza continuó, "hay peces más grandes en el mar que se han escapado, pero tú querida no eres uno de ellos".
Sonreí y le hice una reverencia, como había hecho durante años.
Bob se suavizó y dijo, "¿Te sientes como en los viejos tiempos fuera del campo, no es así?" "Sí, así es, Bob". Contestaba sólo antes de que él comenzara a revivir y repitiera el pasado, refiriéndose constantemente a los viejos tiempos, las viejas películas que había protagonizado, antiguas representaciones, giras de la USO, ancianos - ¡EL PASADO! Decía que le gustaba el campo de Princeville, le gustaba la vista y decía que el aire del océano era bueno para él. Tenía algunos problemas de sinusitis y decía que se le aclaraban en cuanto respiraba el aire del océano. Nunca hacía mención del sexo, quizás se estaba haciendo viejo.
No se molestaban en jugar todos los greens. Bob no era muy fuerte y una vez se cayó del carro de golf y se hizo daño, tuvo problemas de visión y para caminar. Reagan le preguntó si estaba bien y Bob respondió, "Demonios sí, sigamos, estoy bien". Entonces no sabía que esta sería la última vez que vería en persona a mi dueño.


EL PRÍNCIPE CHARLES VISITA LA ISLA

El Príncipe Charles llegó a la isla cuando el y Di tenían problemas conyugales. Llegó solo a relajarse y a obtener alguna perspectiva. El Consejo me inculcó toda una agenda para tenerlo entretenido durante la semana, hacer visitas, escucharle y tener sexo con el Prince Charles. La recuperación de estos recuerdos realmente me hizo sentir náuseas.


MIS HIJOS SON REPROGRAMADOS

Intentando rescatar a mis hijos y a fin de ofrecerles un hogar seguro y creyendo que yo estaba realmente fuera de peligro y libre, les traje a la isla. No tenía idea de que yo aún era accesible, y de que ellos también lo eran. Conscientemente pensaba que todo lo que hacíamos era ir a la playa cada día, mientras los niños jugaban con sus amigos y navegaban. Pero más tarde recordé que cuando ellos llegaron también les llevaron a la Barking Sands Missile Base. Acercaron sus programas para que coincidieran con mi nuevo nivel después de eso Danny se puso muy enfermo y acostado en su futón, lloró durante dos días.

Mientras tanto en Kauai, cuando Kelly vino a pasar el verano conmigo nos programaron para representar un equipo sexual de madre-hija. También nos filmaron pornográficamente haciendo ballets submarinos y teniendo sexo con delfines y otras criaturas marinas. A veces nadábamos con tortugas marinas bajo el agua, estas criaturas eran dóciles y no estaban interesados en el sexo. Podía relacionarme con ellas porque todo lo que intentaban hacer era estar a salvo para poder descansar y estar finalmente en paz. Se filmaba un montón de porno en la isla. Consideraban que el esplendor natural sólo podía mejorar las producciones y rodaron a una gran cantidad de esclavos con los delfines. Nos filmaban con trajes de lentejuelas, con trenzas alrededor de la cabeza, con todo tipo de joyas en el pelo y adornos de fantasía y cinturones enjoyados así como también desnudos. Había un buen seguimiento de los amantes del porno con delfines. Cuando un delfín masculino se excita, su pene se queda atrapado y parece una flor de ave del paraíso. Todos aprendimos que si no se les asusta y te acercabas cariñosamente el encuentro sexual no sería tan doloroso. Había un rico abogado local llamado Ken cuyo trabajo consistía en blanquear suficientemente las ganancias. Yo le había hecho llegar el dinero a él de Sylvester Stallone y de otros hombres menos prominentes de la isla.


SYLVESTER STALLONE

A Stallone le gustaba tener sexo en grupo con una gran cantidad de mujeres y le gustaba hacerlo con Kelly y conmigo al mismo tiempo. Nos tuvo por primera vez mientras nos alojábamos en una casa en Anahola. Como estaba previsto, en mitad de la noche fui a ver a mi hija y le dije, " Kelly, Kelly, levántate, tenemos trabajo".
"No madre", dijo Kelly, "Estoy cansada".
"¡Levántate ahora mismo!" Ordené, chasqueando los dedos haciendo que mi hija de 13 años entrara en estado de vigilia. La lleve de la mano todo el camino hasta el coche de alquiler que teníamos desde que llegamos por primera vez a la isla. Fuimos en coche a casa de Stallone en Anina Beach y aparcamos en el paseo. Dijo que como era un coche de alquiler no habría problemas. Kelly y yo entramos en la casa y fuimos a una sala oval donde había otras chicas esperando. Una era japonesa y otra morena. Al principio de todo sólo nos sentamos y miraban, sonriendo con torpe vergüenza. Sly se paseaba con una toalla blanca alrededor del cuerpo, por otro lado, desnudo y nos extendió las manos. Nos dijo que teníamos que esperar hasta la 5 ª vuelta pero nunca llegaba. Reía y nos llevó a la habitación. Señaló a Kelly y dijo: "La quiero primero a ella". Le dijo que se parecía a Bo Derek y la besó antes de que ella comenzara con su hábil y entrenado repertorio sexual. Stallone esnifaba cocaína y mientras duraba el sexo en grupo mi trabajo era acordarme de ofrecerle más. Tenía una pequeña cuchara, que le quedaba atrapada en la nariz al esnifar el polvo blanco. Besando a Kelly dijo, "Bob tiene buen gusto". Echándole el pelo hacia atrás y besándola más profundamente añadió, "y mejora con el tiempo". Cuando se hubo satisfecho sexualmente con ella, le dio la vuelta y dijo, "descansa un poco pequeña", mientras se iba con las otras chicas que hacían turno. Nunca pasábamos la noche, nos quedábamos sólo unas horas y luego cuando Stallone se iba a dormir, yo le daba un beso en la mejilla, cogía a Kelly de la mano y nos marchábamos de puntillas.

Stallone dijo una vez, "No hay nada como un esclavo. Me encanta llevarlos clandestinamente. Sois muy cooperativos, no me la liais. Así es la vida ya te digo. Nada de putas, mujeres exigentes, no cuando puedo tener mujeres hermosas, dulces, mujeres blancas que me liberan. Se trata de libertad" divagaba, al tiempo que se echaba de espaldas con una especie de estupor aparentemente drogado, sobre "América la bella y el hogar de los valientes". Iba hasta la coronilla de cocaína. Cuanto más arriba llegaba mejor amante de los animales acontecía. Este era su nombre en clave, "Animal". Y cuando ellos me decían, que "el Animal" nos pedía a Kelly y a mí, entonces yo sabía que era Stallone. También le hacía masajes, a menudo en espacios al aire libre.

Sly pensaba que el porno delfín era la más grande nueva combinación y dirigió un montón de videos porno. Se rodaban en las zonas de la costa norte, Poipu o nos llevaban en helicóptero a zonas remotas para la filmación. Llevaban grandes cámaras a estas remotas áreas de la isla. Yo entregaba algún dinero de Stallone y de otros hombres menos prominentes de la isla a Ken, el rico abogado que tenía una bonita gran casa en Kilawea. Creo que su trabajo era encargarse de que el dinero se blanquera suficientemente.

Sly llevaba un traje de neopreno pero siempre estábamos desnudos en el agua. Había delfines entrenados con los que hacíamos ballet acuático y nadábamos. Cuando nadábamos con elegancia el delfín macho se excitaba y nos empezaba a empujar. Nos cogíamos a ellos y dábamos una vuelta; Si no lo hacíamos, nos decían que, "un paso en falso y podríais quedar hechos pedazos". El delfín en realidad nos recordaba durante tiempo y el mismo macho constantemente elegía la misma chica, incluso cuando el tamaño del grupo cambiaba de pequeño a grande. Llegaron a conocernos y a no olvidarnos mientras tanto.
Cuando mis hijos estaban en la isla también los filmaban. Un día después de la filmación, Sly le dijo a Kelly, "¿Volverás pronto, aquí?"
Durante otras visitas, donde supuestamente se me permitía ver a mis hijos, a Kelly y a mí nos prostituyeron con Charlton Heston, y a mí con Kareem Abdul Jabbar. Taj Mahal, el músico de jazz, fue a la isla para mantener a raya a otros esclavos a través de ritos satánicos. Una vez me programaron para que fuese en coche de noche hasta Secret Beach para asistir a una "reunión" en la que, a escondidas de mi personalidad consciente, fui violada en un ritual.
Conscientemente pensaba, tal como dictaba mi programada realidad, que me había escapado de mis controladores de California y que ahora estaba fuera de peligro. Yo creía que había rescatado a mis hijos, y al terminar el verano, empecé el proceso de ingresarlos en las escuelas de la isla. Me fui cambiando de casa en casa, tratando de mantener anónima nuestra ubicación, sólo para que mis aún programados niños volvieran a llamar a su padre en California e informarle de nuestro número de teléfono y la ubicación actual. Fue aterrador. Y pensé que moría de dolor y de terror cuando Craig nos dijo a los niños y a mí que si no los devolvía a California haría enviar una escolta policial para llevarlos a casa. Devastada y asustada pero sin saber qué hacer, devolví a mis hijos a su padre en California. Poco después, mi abogado me avisaba que si alguna vez quería volver a ver a mis hijos de nuevo debería ir a hacer una entrevista oral a los juzgados de California. Asustada por el peligro de que accedieran a mí, llamé a Ted Gunderson (oficial jubilado del FBI) para que me ayudara a contratar un guardaespaldas. Cogí un vuelo hacia California, donde detrás de las puertas cerradas del juez, perdí la custodia de mis hijos. Mi abogado, Doug Wolfe, me puso al corriente de las novedades cuando me informó en el pasillo de los Juzgados, "Tienes suerte de seguir viva, sólo vuelve a la isla y encuentra trabajo".
El programado padre de mis hijos y nuestros controladores ahora tenían aún más control total de sus vidas.


EL VIENTO BAJO MIS ALAS

Muy triste y deprimida, volví a la isla. El trabajo que hice cuando volví fue empezar a documentar con más exactitud muchos de mis recuerdos y empecé a escribir mi primer libro Starshine. No era una tarea fácil porque primero tenía que deshacer los infinitos programas que me impedían ser capaz de utilizar el procesador de textos sin que una de mis partes programadas destruyera la información acabada de escribir.
Pero estaba decidida a hacer cualquier cosa que fuera necesario para obtener una eventual ayuda para mis hijos. A menudo recuerdos de carácter político e internacional inundaban mi conciencia y yo los documentaba cada vez que algo nuevo me venía a la mente. Debido a la vívida naturaleza de los flashbacks que experimentaba, me pasé casi dos años enganchada a la memoria de la parte del cuerpo de mis experiencias con Kissinger y tuve que vivir con el olor de aquel humo de cigarros y escuchando dentro el sonido de su acentuada voz. De la misma manera, quedé inundada con recuerdos sexuales sobre Pete Wilson y Ted Kennedy. ¡Estoy hablando de intrusión!
Como no tenía nada de dinero, contraté al "océano" para que fuera mi terapeuta y con la guía de Dios, hice algunos de mis mejores trabajos de recuperación de memoria sola en la playa, con el océano sosteniendo el espacio de paz, amor y fuerza para mí para que yo pudiera bajar a las profundidades de mi propia mente. Con la sólida base construida a partir de años de recuperación de memoria realizada mientras aún estaba en California y después de un año en la isla recuperando capas de recuerdos y de programación aún más profundas, tenía una imagen bastante clara de que algo estaba pasando - exactamente qué, no estaba tan segura. No podía imaginar por qué había estado con Henry Kissinger, Nixon o Reagan, o qué era tan importante de mi para que esta gente me siguiera y estuvieran tan sumamente interesados en lo que yo estaba haciendo. Pero todos mis recuerdos, unidos por las páginas de mis diarios, comenzaron a definir pulcramente la imagen. En 1992, me compré una máquina de luz y sonido y después de dominar el miedo asociado con utilizar algunas de las mismas tecnologías que mis controladores habían utilizado conmigo, empecé a recobrar más fácilmente incluso capas más profundas de memoria. Pronto me di cuenta de que los programas que me controlaban se rompían y se anulaban cuando yo era consciente de ellos.


BUSH VA VOLANDO A PRINCEVILLE

Pero mis otros trabajos secretos no se detuvieron y con mi familia fuera de su camino, ahora estaba más libre y más accesible que nunca para trabajar para mi controladores. George Bush se reunió conmigo en el aeropuerto de Princeville, un aeropuerto muy pequeño en la costa norte de la isla pequeña. Entonces nos llevaron en helicóptero a la Barking Sands Missile Range. Cuando llegamos él y un oficial militar saludaron a otro y entonces él fue escoltado hasta una estructura exterior que tenía las puertas de vidrio.

En otro momento, George Bush se encontró conmigo en la Barking Sands Missile Range, para una charla sobre "ponerme a raya". Yo estaba esperando en mi Lexus aparcado cerca de la entrada cuando Bush se acercó con un jeep militar. Lo conducía un oficial militar. Bush me dijo que pusiera en marcha el motor y le siguiera. Le seguí a través de puertas que se abrían a su paso por la base de misiles. Me indicó que saliera del coche y se encaró conmigo. Se plantó delante de mí y empezó a gritarme en la cara sobre ser irresponsable. Tenía dificultades para oírle o comprenderle porque hacía mucho viento. También creo que mis personalidades internas intentaban protegerme de su programada avalancha de palabrería. Hacía girar las gafas mientras me gritaba. En su críptica jerga de control mental, Bush estaba diciendo, "No te pases de la raya o Kelly tendrá un # 9". Se refería al bien conocido tema en el control mental del tren la libertad, de ser lanzada fuera del tren, que crípticamente significaba su muerte. Furioso, Bush saludó y me dijo que volviera al coche y que me buscara una casa en el infierno. Estaba muy enfadado.


UN ACTO DE LA NATURALEZA ME HACE DAR UN PASO MÁS HACIA LA LIBERTAD

Pero el huracán Iniki de "categoría cinco" cambiaría muchos de sus planes y este acto de la naturaleza, en definitiva, trabajaría a mi favor, liberándome un poco más cada día. Perdí la casa donde había intentado restablecerme en la isla a causa del huracán, y tal como me iba curando la mente, el cuerpo y el espíritu, me di cuenta cada día más que aún no estaba fuera de peligro. Para tener electricidad y poder continuar alimentando mi portátil, Patrick Stone, el hombre que me ayudó a escribir Starshine, (él mismo una víctima no recuperada del control mental), y yo nos vimos obligados a abandonar la isla. Aviones militares nos evacuaron hacia la isla de Maui, donde continuamos escribiendo. Allí nos visitaron continuamente y nos acosaron los hombres que mis controladores enviaban al hotel que más tarde también descubrimos que era un centro de "contención". Fieles a la estrategia de contención de la red, nuestros amigos de Kauai nos enviaron a este lugar y continuamos escribiendo mientras nos vigilaban. Esto me asustaba porque ahora era lo suficientemente consciente para darme cuenta de que continuamente acababa en lugares donde pensaba que era libre, pero no lo era. Esto era debido al hecho de que yo no estaba plenamente integrada y la mitad de mi programación aún estaba intacta y me afectaba, todavía me vinculaba irremediablemente a mis controladores. En muchas sentidos me sentía libre pero, continuaba la curación y dedicaba mi vida al servicio y a Dios. Mientras yo, Susan, escribía, mi "hermana gemela interior" Sharon aguantaba la presión y una vez más sufría las torturas físicas y mentales, así yo podía quedar libre para escribir Starshine. Ahora mi estado disociativo se estaba utilizando a mi favor, aunque a menudo no era nada fácil.

Mientras una noche en Maui, tuve un sueño y vi un mapa con una marca encima de Oregón. En ese momento yo no era consciente de que estaba recibiendo mensajes telepáticos, a menudo de noche. Llamé a Margie Paul y le hablé del sueño y de que me sentía guiada a moverme. Así que ella habló con una famosa estrella del cine que también era cliente suya y le pidió que le recomendara un lugar. A raíz de esta recomendación, me fui de Maui y me llevé las pocas pertenencias que me quedaban hacia Ashland, Oregón. Alquilé una vivienda, a través de un agente de bienes raíces amigo de aquella estrella del cine y empecé a escribir. Kelly y Danny me visitaron en Navidad. Poco después, Kelly y yo éramos prostituidas como un equipo de sexo madre- hija a Clinton, que acababa de ser elegido, pero aún no había asumido la Presidencia.

No me di cuenta de que todavía estaba programada para que no notara cuando "perdía tiempo". La curación, la integración y la desprogramación no venían tan rápido como yo quería. Curarse lleva tiempo.
Pero mi motivación constante para curarme y averiguar qué significaba todo esto me descubría más y más en cuanto a mi propia programación y cómo funcionaba todo el sistema.
Meses más tarde reuní suficiente coraje como para volver a California. Quería desesperadamente ayudar a mis hijos y me sentía bastante recuperada y suficientemente segura como para hacerlo. No sabía que aún tenía capas de personalidades y programas intactos que me mantenían bajo control, y desgraciadamente tampoco lo sabía David Neswald, el terapeuta con el que trabajaba allí en el sur de California. Para empeorar aún más las cosas, cuando hube terminado Starshine, mientras lo preparaba para imprimirlo, mi hermano, Rick, que había sido uno de mis controladores programados, y que había decidido no verlo durante años, pudo acceder a mí una última vez. Este acceso le permitió entrar en mi apartamento en Calabasas y violarme, amenazándome con que si no me detenía con Starshine mostraría públicamente las fotos comprometedoras que había hecho de mis hijos y mías. A la mañana siguiente, me levanté desorientada, atemorizada y confundida y no tenía idea del por qué. Pero más tarde ese mismo día, "recordé" la horrible escena y estaba agradecida al menos de haberlo recordado ya que, en el pasado, me había llevado meses, a menudo años recordar eventos traumáticos.
Con un pánico histérico, telefoneé, una vez más, a Ted Gunderson para qué me aconsejara sobre cómo mantenerme a salvo. Me dijo que conseguiría unas cerraduras especiales para mi puerta y un sistema de seguridad, y que tenía unas alarmas que había comprado para cada una de las puertas así si alguien, incluso yo misma, entraba o salía, sonarían. Incluso compré una alarma que yo llevaba encima y la haría sonar si se me acercaba alguien que me pareciera sospechoso. Era aterrador, pues me di cuenta de que todavía no era capaz de mantenerme a salvo, debido a la programación que operaba sin mi control. Pronto me di cuenta, sin embargo, que este episodio traumático en realidad era otro "regalo" para mí, sin el cual nunca hubiera sabido que aún estaba sometida al programa. Seguí trabajando en la terapia con Dave Neswald quien, aunque con buena intención, no estaba informado sobre cómo funcionaba mi sofisticada programación gubernamental. Yo había contratado guardaespaldas en el pasado y ahora él y Ted me estaban sugiriendo que para mi seguridad los contratase de nuevo, pero ahora a tiempo completo. Con unos recursos muy limitados y un creciente montón de facturas por terapia, me preguntaba ¿cómo podía pagar un guardaespaldas? Me comprometí y contraté una ama interina que al menos estaría conmigo la mayor parte del tiempo, pues mi terapeuta tenía miedo de que mis controladores me cambiaran a mi "gemela" y me llevaran lejos. Vivía un terror absoluto, intentando impedir que el trauma se produjera no sólo a manos de mis controladores, sino también por mí misma. Estaba asustada en todo momento, porque además no podía confiar en mí misma, no sabiendo si involuntariamente podría cambiar y ponerme en peligro a mí o a mis hijos. La mayor parte del tiempo, de aquellos días durante 1993, no podía ni siquiera completar una frase cuando intentaba comunicarme y mi mente se sentía agotada y confundida.

Perseveré en la impresión de Starshine. Cuando empecé a reflexionar sobre cómo debía ser la portada, encontré un folleto en una tienda de artesanía con una imagen de un ángel y supe que tenía que estar en la portada. Los acontecimientos que se produjeron más tarde ese mismo día, me demostraron sin lugar a dudas que los ángeles de Dios efectivamente me estaban vigilando. Cuando llamé a la artista para explicarle que quería que su ángel embelleciera la portada de Starshine, ella estuvo de acuerdo sin dudarlo.
Lo único que quería que yo supiera era que este era el ángel que ella había diseñado ¡para el árbol de Navidad de la Casa Blanca ese año! Esto tenía que ver con sincronías y milagros.


LOS INTENTOS DE DETENERME

Durante los años, en que he tratado de curarme, liberarme, escribir y conseguir publicar mi libro, he sido acosada de muchas maneras. Con el tiempo, he prestado más y más atención a los factores desencadenantes que eran enviados a mi forma de pararme a recordar y convertirse en libre. Estos mensajes y gatillos efectivamente proveían una guía, todo tipo hojas de ruta, encaminados a descubrir y desmantelar capas más profundas de mi programación.

Durante años, he sido objeto de seguimientos, normalmente mis teléfonos han sido intervenidos, mis controladores "me han enviado" a gente a intentar reprogramarme y recuperar el control sobre mí. "Me enviaban" otras personas de manera oportuna, como en 1992 cuando Patrick Stone y yo 'tropezamos' con el holandés Schroeder, su entrenador de la Baylor University, que acaba de pasar unas vacaciones en Maui exactamente durante el mismo tiempo que escribíamos el capítulo del FBI de Starshine. Cuando fuimos a comer con él y su esposa, nos dijo que era uno de los amigos de Bill Sessions. En aquel tiempo, William "Bill" Sessions era todavía Director de la CIA.

En otras ocasiones, los hombres trajeados me encontraban tanto en casas de conocidos, como en playas, restaurantes, hoteles y cabañas y me amenazaban; física y verbalmente. Me pinchaban los neumáticos del coche, mi correo era manipulado, a menudo retenido durante meses, sólo para llegar misteriosamente en tandas ¡incluso dos años después de la fecha del matasellos! Mensajes por teléfono, de gran alcance, crípticamente codificados y ligados a programación pretendiendo mantenerme bajo control me eran dados por teléfono o grabados en mi contestador automático.

También hacían sonar en el teléfono sonidos estridente y / o tonos, para acceder a mi programación.
Me enviaban por correo inquietantes "disparadores" por escrito destinados a asustarme, someterme o evitarme recordar. Mientras huía corriendo de estado en estado para salvar mi vida, dos individuos por separado chocaron con mi coche el mismo día, con una diferencia de horas el uno del otro. Me prepararon y programaron para posar en fotos comprometidas intentando hacerme chantaje si lo necesitaban. Y, como ya he mencionado anteriormente, durante el año 1993, durante mi investigación para publicar Starshine, me amenazaron y me advirtieron que detuviera mi auto-publicación. Y, cuando no lo hice, me violaron.


¿LA CIA ECHA UNA MANO? EL VÍNCULO TENNESSEE

Pero se produjo un gran avance. Ted Gunderson me llamó para informarme de que había oído hablar de otra mujer que vivía al otro lado del país, que también le había enviado sus memorias sobre el hecho de haber sido utilizada como una esclava sexual por Ronald Reagan. Aunque era una época terrible para mí, también fue un tiempo increíble de descubrimiento para todos nosotros. Mark Phillips, su supuesto terapeuta y des-programador atravesó el país volando y me dijo que "La gente de Jimmy Carter" le habían llamado intentando detenerle para que no se reuniera conmigo. Hice volar a Mark y a Cathy O'Brien hasta California para reunirse conmigo por primera vez y me incorporaron a un seminario donde ellos debían ser los oradores principales. Mark Phillips lo sabía todo sobre mi programación. Mirando ahora esto hacia atrás, parecía saber demasiado. Me preguntó si tenía "una hermana gemela que era dos pulgadas más baja que yo". Esto era una llave muy potente y un código en la programación de mi "hermana gemela interna", Sharon, y esta aparentemente simple afirmación controlaba desde fuera mi cuerpo de una manera muy íntima, mostrándome desde la conciencia normal que de hecho yo era un robot y no tenía el control de mi propio cuerpo. Poco después de la llegada de Mark y Cathy y del seminario, se produjeron una serie de acontecimientos incluyendo un accidente y la subsiguiente hospitalización de la persona que vivía conmigo como mi persona de confianza. Mark Phillips dijo que no estaba segura en California y una vez más acabé saliendo corriendo. Pagué los pasajes de Mark, Cathy y mío y volvimos a casa de su madre en Charlotte, Tennessee donde empezamos mi proceso de lo que entonces llamábamos "des-programación".

Unas cuantas semanas más tarde, con casi 10 años de recuperación detrás, este agente de la CIA que decía que estaba "¡¿retirado?!" Hizo cambios dramáticos en sus planes vitales sólo para "ayudar a des- programarme". Después de reubicarme al otro lado del país, en una casa en Arab, Alabama donde pagué todos los gastos domésticos de los tres, una gran suma de dinero en desplazamientos para los tres, él su compañera Cathy y yo misma y una gran "consulta remunerada", este renegado de la CIA leyó durante un año y medio mis largos diarios y de acuerdo con sus propias palabras, "las memorias no contienen elementos absolutos que de hecho puedan relacionarse con datos verificables". Sólo después de un año y medio, cuarenta y dos revistas y 50.000 dólares más los viajes y los gastos de manutención, Mark Phillips me informaba que a mí no me había pasado nada... ¡absolutamente nada!
Cathy O'Brien dijo, "¡Bueno, deberías estar contenta de que no haya pasado nada y de que no hayan abusado de tus hijos!" No podía creer lo que estaba diciendo, después de todos los detalles comunes que habíamos compartido de nuestras historias.
Estaba devastada y me fui a la cama y no pude comer nada en tres días y después permanecí totalmente sometida y sin comunicarme durante casi un mes. Después de todo este tiempo de atención intensamente centrado sobre mi historia, Mark me decía que ni siquiera habían abusado de mí, y que todo lo que tenía era una gran imaginación. Sin embargo, parecía apreciar que me tenía cerca para cubrir todos sus gastos.
Sospecho que Mark es una especie de "agente de contención" dirigido por sus "manipuladores" las motivaciones de los cuales en última instancia sirven al Nuevo Orden Mundial. Debido a su experiencia en contención, la información que os he transmitido en este libro que ahora estáis leyendo se retrasó durante casi siete años. Después de irme, averigüé que Mark había dicho, al principio, a Walter Bowart (autor de Operación Control Mental y testimonio de mi utilización por parte de Bob Hope en Palm Springs ) que yo era una esquizofrénica, y desde entonces, he descubierto una sarta de mentiras que había dicho a otros intentando desacreditarme. También volví a conectar con otro superviviente de Kissinger con quien Mark Phillips había trabajado un tiempo. Mark Phillips le dijo lo mismo que a mí "¡ESO NO TE HA PASADO NUNCA!" Con la confianza destrozada, Ted Gunderson, Catherine Gould, Margaret Paul, Walter Bowart y muchos otros me han apoyado en lo que yo sabía que era la verdad de mi vida. Me fui de esa casa donde yo había pagado todos los gastos de Mark Phillips y Cathy O'Brien y me fui a vivir a Carbondale, Illinois. Allí llevaba un ritmo más lento y la vida fue dulce mientras duró la situación. Fue un tiempo de descanso y recuperación cuando la integración final que había alcanzado en 1996, solidificó incluso con mayor fuerza y unificación mientras yo permanecía a salvo.


LA ROTURA DEL BEBÉ MONARCA

Tras un intento de suicidio y de estar hospitalizada en California, me entregaron a Kelly e incluso fue a la escuela secundaria de Carbondale durante un tiempo corto. Mi corazón se rompió cuando en junio, después de estar conmigo sólo durante unos cuantos meses, anunció que añoraba su estilo de vida del sur de California y al resto de su familia y me dijo que se iba. Debido a la falta de recuperación de su estado mental, aunque programado, Kelly no era libre de tomar decisiones por sí misma y a menudo era una MARIONETA en manos de nuestros manipuladores y la red interna de programación que dictaba sus acciones. Después de que ella me abandonó, surgió la oportunidad y me trasladé nuevamente, esta vez a Carolina del Sur, en un intento de abrir un centro de curación. Al mismo tiempo, continué escribiendo mi secuela de Starshine, el libro que ahora estáis leyendo.


YENDO A CAROLINA PARA ABRIR UN CENTRO DE CURACIÓN

Durante los años de mi huida, la programación de Kelly comenzó a romperse más adelante, en parte, debido, quizás, a su falta de contacto conmigo. A su vez una serie de intentos de suicidio la volvieron a llevar al hospital. Dos veces fui volando a California y la traje de vuelta a casa conmigo. En aquellos intensos momentos, Kelly tuvo momentos de lucidez en los que me dijo que sabía todo lo que había pasado. Me habló de furgonetas blancas, limusinas, estancias en Londres, señales de mano, de ser abusada sexualmente y me hizo prometer que escribiría sobre las drogas y cómo los médicos la drogaban, porqué me decía que le destruían el cerebro. Aquellos médicos consideraban que mi hija era psicótica, porque desconocían su programación. Kelly me agradeció con una tarjeta el día de la madre ( ver sección de fotos ) lo que había hecho para liberarla y como pasábamos bastante tiempo juntas me contaba más y más eventos que recordaba, que validaban mis propias experiencias.

Sabiendo que un paso crucial para las víctimas de control mental es llevar un reloj, le compré a Kelly un reloj nuevo. Un día, mientras estábamos nadando en un lago cercano, Kelly me miró directamente a los ojos, se quitó el reloj de la muñeca y intencionadamente lo dejó caer en el lago. Le compré unos cuantos relojes más y ella volvió a hacer lo mismo. Ella no tenía "permitido" controlar el tiempo y su programación dictaba que ella tenía que perderlo, rápidamente, antes de autolesionarse por desobedecer su programa.

Mi traslado a Carolina del Sur para planificar y coordinar un centro de rehabilitación para supervivientes de control mental fracasó, pero Dios no me decepcionó en mi deseo en cuanto al centro de rehabilitación. Aunque no podía ver la perfección del plan divino, era pronto para que comenzara un camino que me llevaría a la creación de un centro de rehabilitación para supervivientes, un centro equipado con la última tecnología de vanguardia, con capacidad para llevar a los supervivientes a la recuperación y la sincronía de todo su cerebro de una manera más eficiente y más rápida como nunca lo hubieran podido hacer con mis años de 'terapia oral'. La psicoterapia que yo recibí, aunque útil, no tocaba o reconocía la potente programación que gobernaba cada una de mis acciones y no podía ayudarme a aprender cómo no disociarme. La neuro-retroalimentación con EEG ( Electroencefalograma ) me ayudó a aprender cómo no disociarme y a estar más presente y atenta.

En abril de 1997, diagnosticaron a Kelly de Trastorno de identidad disociativa ( TID ) dos terapeutas diferentes, uno en Carolina del Norte y otro en Carolina del Sur. En años anteriores, desde 1988 había intentado conseguir que Kelly recibiera información, ayuda calificada dentro y fuera de California, pero su padre le negó su derecho a ver a cualquier terapeuta que tuviera algún conocimiento de lo único que ella necesitaba curarse. Él entrevistaba a cada terapeuta que yo recomendaba, y si tenía algún conocimiento de TID o abuso ritual, él no permitía que ella los viera. Pero, una vez más encendí un fuego e intentando ayudar a mi hija, empecé a estudiar y a entrenarme para conseguir el diploma de Neuro- retroalimentación con EEG clínico. Me compré una máquina de EEG y empecé a trabajar con Kelly en casa. Ella respondió bien a la neuro-terapia, pero accedieron de nuevo a ella y pronto llegó a un estado completamente catatónico.

Pero en el verano de 1997, cuando el empeoramiento de mi hija la dejó totalmente catatónica y no respondía, era incapaz de comer, beber, caminar, hablar, usar el baño o moverse, me vi obligada a hospitalizarla. Afortunadamente, encontré una psiquiatra que había leído mi libro, estaba familiarizada con el TPM, el abuso ritual y el control mental por parte del gobierno y estaba dispuesta a admitir a mi hija en el hospital, mientras que cuestiones de seguridad hacían necesario mantenerla a salvo. Mientras ella estaba hospitalizada, otro superviviente recuperado y yo hicimos una formación para entrar en el servicio del personal del hospital. También completé más formación en neuro-retroalimentación con EEG y abrí mi propio negocio.

Una vez cuando fui a visitar a Kelly al hospital, me destrozaron la ventana del coche, y me robaron la cartera, literatura sobre el control mental y los equipos electrónicos con los que solía hablar en público.
Y para acabar de rematarlo, el día de año nuevo de 1998, la clínica de Salud Holística que albergaba mi nuevo negocio de neuro-retroalimentación con EEG y el equipo Spectrum de EEG que utilizaba para ayudar por igual a víctimas y a no víctimas, fue totalmente destruido por un incendio. Aunque el informe oficial del departamento de bomberos decía que el fuego había sido fruto de un cableado defectuoso, creo que el fuego fue provocado. Para validar mis sospechas y sólo en caso de que yo lo hubiera olvidado y necesitara "recordarlo", dos bolsas con las cenizas de aquel fuego fueron entregadas misteriosamente en mi casa.

Más adelante el año en que otro superviviente de Bob Hope me visitó, tuve que llamar a la policía local para informar que un hombre nos estaba vigilando de noche desde fuera de mi casa. Y tan recientemente como en febrero de 1999, cuando ya había enviado las copias iniciales de este manuscrito, me cortaron las líneas de teléfono de la oficina y me estuvieron siguiendo.

Cada vez que me asediaban, en vez de hacerme callar, me espoleaba aún más, y el resultado era otra entrevista en la radio, otro libro o artículo y aún más charlas. Todavía quedo en público tanto como puedo, hablo públicamente siempre que me preguntan, para poder seguir compartiendo la verdad.

Este acoso no puede ni dejará de ser utilizado contra las víctimas que intenten vivir libres, hasta que este oscuro sistema de control mental sea denunciado y expuesto a la luz.

"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre celestial os perdonará". - Mateo 6:14
"Pero yo os digo a los que escucháis, amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen". - Lucas 6:27






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