GRACIAS POR LOS RECUERDOS / Capítulo Treinta y tres: Bill Clinton y Hillary

Durante años Bill Clinton afloraba en los círculos políticos en los más altos niveles. En una de las fiestas de Bob, Bill fue disfrazado de estatua de la libertad, decorada en rojo, blanco y azul, completándolo con luces parpadeantes. Llevaba agarrada una antorcha y se comportaba como una mujer. Yo tenía que tener relaciones sexuales con él más tarde y esto me hacía sentir confundida porque era como tener relaciones sexuales con una chica con el cuerpo de un hombre. Esto fue extraño para mí incluso bajo control mental, incluso en comparación con todas las otras extrañas y perversas experiencias a las que mis controladores me sometían.

En 1992, antes de que él fuera investido, Kelly y yo fuimos prostituidas con Bill Clinton en Klamath Falls, Oregón. De camino para encontrarnos con él, nos dijeron, "acordaros de Chappaquiddick - podríais sufrir el mismo tipo de accidente".

Cuando nos reunimos con Clinton, nos dijo, "Ya sabéis que ahora soy vuestro jefe, y tenéis que hacer exactamente lo que os diga. Estáis en mis órdenes". Con un tono de voz robótico me dijo que le hiciera sexo oral y que me tendiera en el suelo que era donde me correspondía. A continuación, Kelly robótica le satisfizo sexualmente después de que yo le entregara un mensaje antes de echarnos de su habitación.

Posteriormente entregué mensajes del Consejo a Clinton, desde Kauai, antes de que fuera Presidente. Me subieron a bordo de un barco muy grande, me metieron en una cabina y me dijeron que me quedara en la cama a esperarlo. Lo hice. Él se metió en la habitación sin llamar y cerró la puerta tras de sí.
Dijo, sonriendo con timidez, "¿Creo que tienes algo para mí?" Tuvo relaciones sexuales conmigo, con mi traje y sus pantalones aún puestos. Fue un rapidito y entonces le di el mensaje. Esto exigía una respuesta simple que yo debía entregar al Consejo. Su respuesta fue agradable.

A Bill le gustaba que le cantaran y que le hicieran masajes en la frente. Le gustaba jugar a la madre y el pequeño niño Bill. A menudo era muy extraño.

Cuando se trataba de Bill Clinton, Henry caía muy bajo. Incluso me enviaba con bolsas de cocaína para utilizarlas cuando estaba con Bill o Hillary para cogerles por sorpresa. Bill y Hillary tomaban los dos cocaína. Yo la ponía en un pequeño espejo para ellos y tenían pajas de vidrio para esnifarla por la nariz.
Bill podría esnifar un montón de polvo blanco de una vez. Hillary necesitaba dos o tres para conseguir esnifarlo todo. A continuación, normalmente teníamos relaciones sexuales.

Cuando decía ciertas cosas, ellos pensaban que yo era un regalo de Bob Hope, el artista. La relación real entre Bob y Henry se silenciaba. Los Clinton no parecían saber que Henry y Bob trabajaban tan estrechamente juntos, el uno metiéndome en la Casa Blanca, mientras que el "Experto" Henry Kissinger entregaba las mercancías a fin de encontrar maneras para colgar a los Clinton. Henry decía: "Me caen tan mal".

Después de haber terminado, dos hombres vestidos con uniformes negros con rayas de color amarillo- trenzadas sobre sus hombros vinieron a buscarme y se situaron uno a cada lado mío ya que me estaban escoltando de vuelta al helicóptero que había en un extremo de la nave. Era un helicóptero blanco.
Me hicieron subir con el piloto y volvimos al pequeño aeropuerto de Maui, cerca del Coconut Inn, donde yo me alojaba, mientras trabajaba en la redacción de mi primer libro, Starshine.

Antes de ser Presidente, sucedió algo en un gran hotel de Los Ángeles. Los Clinton ya iban fuertemente custodiados por un grupo de agentes del Servicio Secreto.

Debido a mi utilización como esclava sexual, yo estaba entrenada para hacer el amor con parejas casadas siempre centrándolos en su propia atención. "¿Será que no es bonita su mujer?! ¿será que no es fuerte su marido?", O cualquier cosa que reforzara sus vínculos y el amor del uno por el otro, como si tuvieran que permanecer siempre juntos. Cuando estaba con parejas que estaban totalmente enamorados el uno del otro, apenas se daban cuenta cuando yo me vestía y salía de la habitación. Era utilizada de esta manera con los Clinton. Normalmente había cocaína, a menudo era un regalo de alguien que lo sabía, que se la hacían llegar a través mío.

Yo me iba cuando los Clinton se iban a dormir. Un hombre venía caminando hacia mí cuando salía de la habitación y me escoltaba por un pasillo con moqueta roja, hasta el ascensor y me bajaba hasta el vestíbulo, mientras sostenía mi codo y el antebrazo inferior. En este punto, otro hombre se hacía cargo, haciendo una transición muy suave. Me metían en una limusina que esperaba ( creo que era una Mercedes negra), mientras el hombre se afanaba y cerraba la puerta. Me llevaban al aeropuerto y el conductor avisaba por radio, y un hombre nos hacía subir a la acera y se apresuraba a hacerme subir a mi avión.


AHORA ES EL PRESIDENTE CLINTON

Kelly tenía una función de la escuela o una fiesta de un amigo en el Beverly Hilton. Hacía tiempo que no la veía porque ella vivía en California y yo en Kauai, pero me llevaron para que le ayudara con "The Prez", que entonces era el recién elegido Bill Clinton. Él tenía un grupo de chicas y mujeres allí y esa noche sólo quiso sexo oral, junto con trozos de chocolate y fruta. Posteriormente, mi trabajo era redirigir a las chicas de nuevo hacia su función social, así no habría ninguna confusión.

Las esclavas sexuales eran utilizadas para servir sexualmente a los miembros masculinos y femeninos de la Casa Blanca cuando nuestros controladores nos llamaban para hacerlo, y yo no estaba exenta. Una vez cuando había ido volando a la Casa Blanca desde Hawai, Hillary quiso jugar a lo que ella llamaba "el juego de la tomadura de pelo". Me ataba y así ella quedaba fuera de peligro, según decía.
Cuando terminaba conmigo miraba su reloj de oro, decía que se tenía que ir, se ponía el traje y se iba. Yo me ponía la ropa y me dirigía hacia la limusina de Henry que esperaba.

Henry siempre quería saber exactamente qué respuestas verbales había dicho Hillary de lo que yo le había dicho a ella y escuchaba muy atentamente por patrones del habla. Trataban de crear una frase de palabras que la dejara en una vía muerta cuando fuera a la corte por el incidente de Whitewater. Ellos habían estado planeando esto incluso antes de que Clinton asumiera el cargo. Henry lo sabía y también su gente. Estaban tratando de desestabilizar al gobierno derribando al Presidente. Su plan era que "una piedra angular caerá y desestabilizará aún más al pueblo estadounidense. Primero Nixon, ahora Clinton, así la gente perderá la fe en sus líderes y el estilo de vida democrático. Porque querían cambiarlo y que se decantara hacia el Orden Mundial". Yo ya sabía en 1993, mucho antes del asunto Monica Lewinsky, que si Clinton era derribado, habrían conseguido otra vez su plan y moverse hacia el Nuevo Orden Mundial.

Los programas que tenía para la Casa Blanca estaban bastante gastados y estriados. A menudo Henry venía conmigo en la limusina a la Casa Blanca si no había tenido tiempo de cargarme antes. A veces, quería mejorar o revisar mis sistemas. A menudo iba a tomar una taza de café o se fumaba un cigarro mientras yo estaba haciendo el trabajo. Cuando salía de la Casa Blanca, flanqueada por agentes del Servicio Secreto, subía a la limusina y me pedía que le repitiera textualmente lo dicho. Quería que le dijera exactamente lo que se había dicho y como se había enunciado. Yo podía registrar no sólo lo que decían, sino que podía repetirlo otra vez, justo como lo habían dicho - el tono, la inflexión y todo. Y a partir de esto, Henry y sus chicos podían sacar una impresión de voz, entonces, utilizándola, desarrollaban una manera de controlar a la gente a través de sus propios patrones de lenguaje. Henry se ponía el cigarro en la boca antes de decir, "si puedes conseguir sus patrones, puedes controlar sus mentes". Me ponían cerca de los Clinton para poder obtener patrones de discurso, información sobre las debilidades que tenían y municiones para conseguir expulsar Clinton de su cargo. No se detendrían ante nada en su intento de disminuir la Constitución y la democracia.

Henry Kissinger odiaba a Bill Clinton, pero odiaba especialmente a Hillary. Los quería humillar públicamente y avergonzarlos mostrando que tenían inversiones ilegales y que mentían. Henry decía, "La gente ( la pública ) serán manejables después de ser expuestos".

Al Gore resultaba fácil para el Consejo porque creo que es un robot como yo. Al Gore me había hecho realizarle sexo oral. No usaba cocaína, sin embargo. Se negó rotundamente. Henry dijo : "Es un robot de elección".
También he tenido recuerdos de experiencias donde yo estaba en la casa blanca con Hillary, Chelsea y una célebre vocalista femenina, implicada en un ritual sexual.

Mi creencia personal, basándome en mis experiencias, es que con los años, más líderes estaban bajo control mental. Creo que es de vital importancia desmantelar el sistema que ha creado esto, así como el aumento de la ayuda para las víctimas, pero no para castigar o humillar más a las víctimas que tienen necesidad de ayuda profesional para curarse. Sé que hay corrupción en los niveles más altos de la Casa Blanca, y si se ven comprometidos por el chantaje, la falta de integridad espiritual, o el control mental, creo que los Clinton estarán atrapados en un Catch-"22". ( Novela de Joseph Heller )
En una sociedad donde el control mental es insidioso, toda la sociedad es responsable de alguna manera, ya sea por ignorancia, negación, desintegración espiritual o codicia. En la medida en que algunos de nosotros no somos libres, ninguno de nosotros seremos libres. Creo que es el plan perfecto de Dios para aquellas personas capaces de hacer llegar la ayuda a aquellos que tienen necesidad.

En el centro de la llama, hay un lugar vacío y nada puede quemar en este espacio protegido.
Para el incendio construye una pared, reclama un hecho científico, y asegura una zona segura en medio de las llamas.
Y en la furia del huracán hay un centro de paz donde los vientos de destrucción de repente ceden.
Y esta verdad misma prevalece en las tribulaciones de la vida; hay una isla de calma en las meditaciones del alma.
Un lugar tranquilo donde estaremos a refugio de los daños seguros en los brazos de un padre amable, donde las calientes llamas de la ira no tienen ningún poder para quemar y los fuertes vientos del odio y la violencia y el miedo pierden toda la cólera y su curso salvaje es suavemente tenue como la fe debilita la fuerza.
Así que cuando los fuegos de vida quemen profundamente en tu corazón y los vientos de destrucción parezcan destrozarte recuerda que Dios te ama y te quiere proteger.
Así que busca aquel pequeño refugio y déjate guiar por la oración a ese lugar de protección dentro el cuidado amoroso de Dios.
- Helen Steiner Rice
"Toda palabra de Dios es limpia ; El es escudo a los que en él esperan".
- Proverbios 30:5






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